~Capítulo 28

*Narra _____


—No no no no. ¿Qué haces aquí? ¡Suéltame! — grité intentando salir de los brazos de Ryan — Deberías estar en la cárcel.


—Debería — respondió — Pero resulta que ser el primo del famoso y rico cantante Niall Horan, tiene sus ventajas, ¿sabes?


—¡Suéltame estúpido! — grité dando patadas al aire — ¡Niall! ¡Socorro!


—¡Niall no está aquí! — se acercó a mí y cogió mi cara con sus dos manos, haciendo que le mirara fijamente a los ojos — Ahora eres toda mía.


—¡No! ¡Suéltame! ¡Eres un cerdo! ¡Vete a la mierda!


—¿Aún no sabes que insultándome, me excitas más? — susurró cerca de mi oreja. Las lágrimas se hicieron presentes.


—Suéltame, por favor — supliqué en un susurro. Él rió amargamente.


En ese momento, mi hermano apareció por el pasillo, observando la escena.


—¡Louis! ¡Ayúdame! ¡Por favor!


—¿Qué? ¿Qué pasa? — preguntó confuso acercándose a Ryan y a mí.


—¿Qué pasa? ¡¿Qué te pasa a ti?! ¡Ayúdame! ¡Ryan quiere violarme de nuevo!


—Cállate zorra — me ordenó Ryan.


—¿Ryan? ¿De qué hablas? ¿Estás bien? — me miró preocupado — ¿Sabes qué le pasa, Niall?


¿Niall? ¿De qué habla? Niall no está.


—Ni idea — respondió... Niall. Ryan se había transformado en mi novio... ¿mágicamente?


—¿Qué? — toqué mi frente — No entiendo nada.


—Nosotros tampoco — respondió Louis.


—_____... ¿Estás bien? Despierta — la voz de Niall sonaba a lo lejos, muy bajito.


Entonces aparecí en las escaleras del hotel, con Niall a mi lado, ambos en ropa interior y mi cabeza en su regazo.


—¿Niall? — él asintió — ¿Qué ha pasado? ¿Él está aquí?


—Pues te caíste mientras te perseguía y te diste en la cabeza. Llevas inconsciente... ¿medio minuto? — respondió confuso.


—¿Está aquí? — pregunté.


—¿Quién?


—¡Ryan! — grité desesperada.


—_____... Él está en la cárcel... Estará allí mucho tiempo.


—¿Y mi hermano?


—Salió con los demás, ¿recuerdas?


Asentí, pensando en mi... ¿sueño?


—Niall... Me estoy volviendo loca — susurré con lágrimas amenazando con salir.


—Shh... Volvamos a la habitación. No me hace mucha gracia estar en medio de las escaleras del hotel en ropa interior — sonrió para romper la tensión.


Nos levantamos del suelo y nos dirigimos hasta la habitación, sin dejar de pensar en Ryan.


—Niall, tengo muchísimo miedo — dije cuando ambos estábamos ya sentados en la gran cama de nuestra habitación — Tengo miedo de que... de alguna forma salga de la cárcel y vuelva. De que intente violarme de nuevo o... que lo consiga — una lágrima resbaló por mi mejilla. Él me abrazó.


—Shh. Tranquila bebé. Te lo he dicho muchas veces: él no te va a tocar mientras yo esté a tu lado — sonrió.


—¿¡Y QUÉ PASARÁ CUANDO TÚ NO ESTÉS!? — grité desesperada levantándome de la cama y limpiando mis lágrimas.


—¿Por qué no iba a estar? — preguntó triste.


—¿¡Qué pasará cuando acabe el verano!? — grité de nuevo mirándole — ¡Tú te irás! ¡Mi hermano se irá! ¡Mi mejor amigo se irá! ¡Liam y Zayn se irán! ¿Y qué pasa conmigo? ¡Me quedaré aquí sola, porque a mi madre le importo una gran mierda y mi mejor amiga estará pensando en Zayn y llorando como una jodida magdalena sin salir de su habitación! ¡Tienes un trabajo Niall! Y ese trabajo es dar una gira mundial, durante meses, viendo a muchas chicas guapísimas y hormonadas, mientras yo estoy a miles de kilómetros, probablemente estudiando — suspiré y volví a sentarme en la cama, mientras Niall me miraba impactado.


—Bebé... yo...


—Lo siento Niall. En serio lo siento. Esto puede conmigo — comencé a vestirme con la ropa que habíamos dejado antes en el suelo — Pasa todo de golpe. Ryan, mi madre, recuerdo que tarde o temprano te irás... y encima cuando tengo la regla.



Entré al baño y me peiné de nuevo y retoqué mi maquillaje, bajo la atenta mirada de Niall que me seguía a donde quisiera que iba.


—¿A dónde vas? — me preguntó.


—A despejarme — cogí mi móvil, mi cartera y la llave de la habitación — Adiós Niall.


Salí de la habitación y él salió detrás mío intentando ponerse una camiseta y unos pantalones.


—No conoces la ciudad. Puedes perderte — dijo.


—Conozco el nombre del hotel. Cogeré un taxi y le diré que me traiga.


—Por favor, no vayas.


Empecé a bajar las escaleras. Siete pisos. Mi inteligencia no da para coger un ascensor.


—_____, escúchame — dijo cogiéndome de la muñeca y dándome la vuelta suavemente — No vayas.


—Niall, por favor. Sólo necesitó un día para mí sola. Para pensar. Prometo volver antes de que anochezca.


Volví a bajar con Niall detrás mío, ahora poniéndose unos tenis.


—Pero puede pasarte algo.


Le miré intentando no perder la paciencia y llegamos a recepción.


—Luego nos vemos Niall — dije al salir por la puerta del hotel.


—¡Pero _____! — gritó.


—¡Atiende a tus princesas! — le respondí alejándome, refiriéndome a las Directioners que esperaban impacientes a las puertas del hotel, que habían empezado a gritar y a llorar nada más vernos salir.


Lo dejé entre la multitud y salí de allí como pude.


*Narra Niall


Mierda. _____ se había ido dejándome sólo a la entrada del hotel con cientos de chicas intentando conseguir una foto o un autógrafo.


No es que no me gustara estar con las chicas, pero justo ahora no tenía ganas.


—¡Niall! ¡Niall, ¿me recuerdas?! — gritaron a mi espalda.


Me di la vuelta y vi a la chica que se sacó la foto conmigo y con _____ el otro día. Oh, mierda, ¿cómo se llamaba? Era de España y... ¡Espe!


—¡Espe! Claro que me acuerdo — firmé unos autógrafos a su alrededor y me saqué unas cuentas fotos.


—¡Oh Dios, se acuerda de mí! — gritó dando unos saltitos y con una sonrisa que no le cabía en la cara.


—¡Espe! — gritó una chica algo más pequeña a su lado.


—Oh sí, perdona — le dijo — Ella es Noelia — señaló a una chica — Ella es Lara — señaló a otra chica — Ella es Kyara. Ella Amparo. Y ella es Sara. Son unas amigas que conocí gracias a vosotros.


—Hola — dijeron ellas tímidas.


—Hola — contesté. Besé la mejilla de cada una y nos sacamos una selfie, haciendo que se emocionaran mucho más — Iré a firmas algunas cosas por ahí. Nos vemos — les guiñé un ojo.


Estuve como diez minutos firmando, sacando fotos y poniendo sonrisas falsas. "¿Falsas por qué?" diréis. Pues en primer lugar, estoy preocupado por _____; fue una mala idea dejarla ir. ¿Y si le pasa algo? No me lo perdonaría nunca. Y en segundo lugar, no he desayunado, ¡y tengo mucha hambre!


—¡Chicas! ¡Dejadlo respirar! — oh Dios. Bendito seas Paul — ¡Niall, vuelve al hotel!


—¡Voy! — respondí, y volví a dirigirme a las Directioners —: Un placer chicas — guiñé un ojo, haciendo que se volvieran más locas aún.


Entré en el hotel de nuevo, seguido de Paul.


—Niall, espera — me di la vuelta y le miré, esperando que continuara — ¿Dónde está _____?


Suspiré.


—Salió.


—¿Sola? — preguntó. Me encogí de hombros.


—No pude hacer nada para evitarlo.


—¿Le pasa algo? Está rara desde que vinimos a Francia — dijo — Tampoco es que la conozca demasiado.


Oh, mierda. Quizás deba contarle el secreto que le estábamos ocultando: Ryan.


—Paul... Creo que deberíamos hablar... — él asintió — Pero primero iré a desayunar.


—Ah sí. Te lo subieron a la habitación — me dijo.


—Gracias Paul. Luego nos vemos — dije. Me dirigí al ascensor para ir a la habitación y desayunar.


Sí. Definitivamente es hora de contarle a Paul qué pasó con Ryan.


*Narra _____


Dios, necesito comer algo o me desmayaré aquí mismo.


Vi un Starbucks a lo lejos, lleno de gente desesperada por tener su café. Justo al lado, una pequeña cafetería con un par de ancianos. Pasé del Starbucks y entré en la cafetería. Le sonreí a la pareja mayor y me senté en una mesa junto al ventanal, mirando pasar a la gente. Parejas, familias, adolescentes...


—Bonjour — me dijo en francés una camarera de unos sesenta años con una gran sonrisa. "Buenos días"


—Oh, eh... Je suis anglais, mais je vais essayer de parler français. Je dois pratiquer — le respondí. "Soy inglesa, pero voy a intentar hablar en francés. Debo practicar"


—Puedo hablar inglés, si quieres.


—Non, s'il vous plaît. J'ai vraiment veux de parler français — respondí, de nuevo en francés. "No, por favor. Realmente quiero hablar francés".


—D'accord. Que-est que vous voulez manger? J'ai crêpes, gaufres... — la interrumpí.


—Está bien. Mejor en inglés — rectifiqué. La señora soltó una carcajada y luego sonrió.


—Entonces, ¿qué va a tomar?


—Mmm... ¿qué hay? Algo de crêpes entendí —reí con ella. —Además, los señores de al lado —le indiqué con la cabeza a la pareja de ancianos—, están comiendo crêpes y tienen buena pinta.


—¿Entonces quiere una crêpe? —preguntó aún sonriendo. —¿De qué?


—¿De fresas con chocolate? —propuse.


—Es una buena elección. ¿Algo más?


—Un capuccino, por favor —sonreí.


—Perfecto, en seguida se lo traigo.


—Muchas gracias.


La camarera dio la orden en la cocina y volvió a la barra, donde empezó a prepararme el café que había pedido. A los pocos minutos, regresó a mi mesa y me lo entregó.


—Voilà. La crêpe tardará un poco más, pero no mucho, no se preocupe. Creo que el pastelero ya lo está terminando.


—No se preocupe, no tengo prisa.


Y era verdad. Tenía todo el día para estar paseando por ahí, sola. Justo lo que le había dicho a Niall. Necesitaba tiempo para pensar las cosas con claridad y despejarme un poco de todo lo relacionado con el primo de mi novio. No es que pensara que ahora tenía un trauma, que debía asistir a algún psicólogo o que se lo debía comentar a alguien. Simplemente me había afectado un poco, y era normal. A uno no le secuestran y le intentan violar todos los días. No me tenía de qué preocupar.


Instantes después de esta rara conversación conmigo misma, llego mi ansiosa crêpe. Tenía un aspecto delicioso. Aunque tal vez eso se debía a que estaba hambrienta y me comería cualquier cosa. Empecé a comérmela intentando no reflexionar sobre nada y simplemente observar la calle y ver a la gente pasar. Pero entonces oí que el famoso Niall Horan había salido del hotel a firmar objetos de algunas fans en la televisión de la cafetería, y supe que pasar un día sin escuchar nada de los chicos iba a ser más difícil de lo que creía. Al fin y al cabo aparecían por todas partes.


Cuando acabé de desayunar, fui a visitar a mi tío Jacob. Seguro que estaba preocupado por lo del secuestro, y aún no había hablado personalmente con él, aunque los chicos sí que le habían contado que estaba sana y salva. Bueno, quizás no tan sana. Pero sí a salvo de vuelta al hotel.


Cogí un autobús rumbo a Juvisy Sur Orge, la ciudad en la que habita él. Dado que el hotel estaba prácticamente a un par de manzanas de la Torre Eiffel, es decir, en el centro de París, tardé bastantes paradas en llegar a mi destino. Pero no me desilusionó mucho, así tuve más tiempo para poder pensar. Aunque el objetivo de este día a solas era despejarme, no podía dejar de pensar en lo ocurrido, y de todas maneras, por un par de minutos en los cuales no podría hacer otra cosa, tampoco pasaba nada.


Al llegar, pasé por la Boulangerie Paul, y compré unos pastelitos. La bollería francesa era exquisita, y supongo que a mi goloso tío no le desagrada. Cuando ya tuve las manos ocupadas, una sosteniendo la bolsa plástica con el logotipo de la pastelería, y la otra sujetando el móvil para comprobar de vez en cuando la dirección de mi tío, solté un suspiro y me encamine hacia su casa. Llegué a la puerta y dejé escapar el último suspiro antes de que una mujer de unos treinta y cinco años abriera la puerta con una falsa sonrisa y ropa insuficiente como para sentirme cómoda.


—Hola —me saludó fríamente.


—Hola... ¿Está Jacob? —le pregunté algo confundida mientras revisaba por décima vez la dirección grabada en mi móvil. En efecto, esta era su casa. ¿Quién era entonces esta señora?


—No.


—Pero esta es su casa...


—¿Y? Te he dicho que no está.


Me cerró la puerta en las narices. ¿He dicho ya que era una mujer insoportable? Iba a dar media vuelta y volver a París, cuando oí una voz masculina. Ésta decía <<¿Quién era, Kendall?>>. Segundos después, aún seguía parada enfrente de la puerta con el ceño fruncido. Ese era mi tío, no había duda. Su voz siempre había sido rasposa y grave. Pero ese no era el principal motivo de mi confusión. El caso es, ¿qué hacía la ex-novia de Harry, en paños menores, y con mi tío de cincuenta años?


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¡Holaaaaa! Al habla Lucía, sé que me echabais de menos :') Mi inspiración ha vuelto y voilá , he terminado el capi nuevo :D Por cierto, si notáis últimamente que las escenas en Francia y eso, son más detalladas, es porque estoy ahora mismo en Francia y pues se me pega el idioma y esas cosas jajaja. Además, es una oportunidad para poder darles más detalles de los escenarios y que podáis imaginaros la historia con más claridad :') NO OS PREOCUPÉIS. Como podéis comprobar ahora mismo, me he llevado el portátil y puedo escribir y subir capítulos, así que no problem.



Estoy muy contenta porque últimamente se están uniendo muchas lectoras nuevas y me haceis muy feliiiz. Cada vez somos más y aiodfnaouidnoUNGF *GRITO DE ILUSIÓN* [No pregunten por las mayúsculas, ah]



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